Introducción al simbolismo….




“ Todo signo es mágico y puede darnos la presencia del espíritu y esto encuentra en el arte su camino, no en la ciencia. Pero aparte de eso, hay que construir, estructurar. Pues sin regla, el artista se queda en un estado inferior.”
                          J.T.García




“Papiro V”
Verde con rojo, blanco, sobre fondo negro.
21 x 27 cm.
© Cecilia Scaffo 



Los  símbolos son expresiones profundas de la naturaleza humana. Han estado presentes en todas las culturas y todos los tiempos, y desde su primera aparición en la pintura rupestres del Paleolítico han acompañado el desarrollo de la civilización. 
Empero, los símbolos, son algo más que meros artilugios culturales en su contexto correcto, siguen teniendo para nosotros un fuerte poder evocador, ya que dirigen simultáneamente a nuestro intelecto, a nuestras emociones y a nuestro espíritu. Su estudio es el estudio de la humanidad misma.
La comunicación humana depende en gran parte de signos, ya sea en forma de palabras escritas o habladas, imágenes o gestos. 
Estos signos son meras representaciones de la realidad, ecos conscientemente emitidos e inmediatamente reconocibles de objetos, acciones y conceptos del mundo que nos rodean.
Pero hay otro aspecto del simbolismo que es igualmente importante aunque menos explicito; el aspecto relacionado con nuestro mundo interior, psicológico y espiritual. 
En ese mundo interior, un símbolo puede representar algún profundo saber intuitivo que escapa de la expresión directa.
Las antiguas civilizaciones reconocían el poder de los símbolos y lo utilizaban profusamente en su arte, sus religiones, sus mitos y sus rituales. Pese a haber sido frecuentemente rechazado por el racionalismo occidental, el significado interno de los símbolos conserva hoy toda su carga y sigue apareciendo frecuentemente en el arte, la literatura y el cine, y en los cuentos que han entusiasmado a generaciones sucesivas de niños. 
La mayoría de la gente percibe los símbolos mas profundos sobre todo en sus sueños; pero también se aprecian en las pinturas y dibujos espontáneos producidos por los niños y por los no tan niños.




“Papiro III”
Verde sobre fondo azul.
21 x 27 cm.
© Cecilia Scaffo



El símbolo se genera en el subconsciente como expresión espontánea de alguna profunda facultad interna de la que somos consientes pero que no podemos encerrar totalmente en palabras. Como tal, el símbolo se convierte, según las palabras de Jung, en un constante desafío a nuestras ideas y sentimientos.  ”Ello explica probablemente por que el trabajo con los símbolos es tan estimulante, por que nos capta tan intensamente…”
Algunos tipos de símbolos constituyen un lenguaje universal, porque las imágenes y sus significados se presentan en forma similar, y contienen un poder similar; a través de las culturas y de los siglos. Los símbolos que constituyen ese lenguaje son la expresión natural de las fuerzas internas.
Tal vez gracias a la influencia intuitiva del papel que juega nuestra vida interior y a su consonancia con nuestras emociones, la gente tiende a sentirse atraída por los símbolos y a mostrar un interés inmediato en ellos.




“Papiro IV”
Verde sobre fondo negro.
21 x 27 cm.
© Cecilia Scaffo 




En la vida onírica, donde el inconsciente aflora, se desarrollan originariamente la mayoría de los símbolos, muchos sueños presentan imágenes análogas a las ideas, mitos y ritos primitivos. La existencia de esta analogía se debe, también según Jung, a la existencia de un inconsciente colectivo, un modelo de pensamiento innato y heredado como lo son también los instintos. Estos modelos funcionan, cuando surge la ocasión, con la misma forma aproximada en todos nosotros, y constituyen los arquetipos: Tendencias a formar representaciones de un motivo, que pueden variar muchísimo en detalle, sin perder su modelo básico. Todos los hombres empleamos los mismos «arquetipos», que son fundamentalmente religiosos.





"Papiro V"
Verde con rojo y azul, sobre fondo rojo.
21 x 27 cm.
© Cecilia Scaffo 


El símbolo representa algo más que su significado inmediato.  Añade un nuevo valor a un objeto o acción: un contenido espiritual.  
Representa además un modo de conocimiento opuesto al racional, al intelectivo. Es un pensamiento intuitivo que trata de restablecer la unión entre el interior del alma y el mundo circundante.







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